5 buenas razones para tomarse un descanso deportivo

Cada persona tiene sus propios ritmos. Escucha tu cuerpo, conoce tus ritmos y decide cómo gestionar tu tiempo.
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Eine Frau hört zu hause entspannt Musik ©Westend61

¿Dejar las pesas a un lado o guardar las zapatillas de running en el armario? ¡Ni hablar! Para la mayoría de los deportistas, tomarse un descanso del entrenamiento no está entre sus planes. Los puede el miedo a perder la forma o a tener que empezar de cero. ¿Tú también eres de esos? Hoy te contamos lo bien que sienta hacer un descanso deportivo de vez en cuando.

Mucha gente deja de hacer ejercicio durante un tiempo por razones de fuerza mayor, como una enfermedad o una lesión. Sin embargo, hay otros motivos por los que dejar de entrenar durante un tiempo. Por lo general, se recomienda tomarse un descanso de dos a tres semanas al menos una vez al año. Pero todo depende de tus ambiciones deportivas: por supuesto, también puedes descansar con más frecuencia y acortar o alargar las pausas. Escucha conscientemente a tu cuerpo y aprovecha momentos como las vacaciones para recuperarte por completo.

Cuando te tomas un descanso deportivo, sigue siendo importante cubrir tus necesidades de proteínas. Las proteínas ayudan a mantener la masa muscular y son imprescindibles en una dieta equilibrada. Si necesitas un empujoncito para satisfacer tus necesidades proteicas, prueba la proteína whey. ¡Te encantará!

¿Sabías que…? Tus músculos son más inteligentes de lo que crees. Gracias al llamado “efecto de la memoria muscular”, los músculos memorizan el estado físico alcanzado a través del entrenamiento. Si entrenas con regularidad y decides tomarte un descanso deportivo, volverás a estar en forma rápidamente cuando entrenes de nuevo. No te preocupes: en realidad nunca tienes que volver a empezar de cero.

A continuación, te traemos 5 buenas razones para hacer un descanso deportivo.

1. Nada de sobreentrenamiento

Cuanto más, ¿mejor? Desde luego, no en el deporte. Si entrenas con demasiada frecuencia o con demasiada intensidad y ​sometes al cuerpo así a muchos esfuerzos, las consecuencias pueden ser bastante graves. Los síntomas del sobreentrenamiento varían de una persona a otra, pero las consecuencias más comunes son la reducción del rendimiento, la pérdida de masa muscular, el aumento de peso y la fatiga crónica. El cuerpo puede tardar semanas, o incluso meses, en recuperarse, lo cual te puede afectar a la hora de recuperar la forma.

¿Suele sobrepasar tus límites físicos? Si es así, lo mejor es que te tomes un descanso. Para evitar el sobreentrenamiento y, en consecuencia, un largo descanso forzado, no hay nada como hacer una pausa deportiva.

Consejo de nuestra redacción: Lee sobre este artículo para saber más respecto al sobreentrenamiento.

2. El cuerpo se puede regenerar completamente

Quien algo quiere, algo le cuesta. Todos hemos tenido agujetas alguna vez o una especie de quemazón leve en los músculos después de un entrenamiento intenso. Esto no supone un problema de por sí, pero ten en cuenta que hay que descansar lo suficiente. El período de recuperación ha de durar al menos 24 horas (y, si son 48, mejor aún), para que el cuerpo pueda reparar los desgarros en las fibras finas provocados por los dolores musculares.

Sin embargo, muchos deportistas suelen ignorar estas pequeñas molestias y retoman el entrenamiento demasiado pronto. Al practicar deporte con regularidad, no se suelen sentir agujetas, pero el deporte no solo tiene un impacto directo en los músculos: también puede afectar a las articulaciones, los tendones y los ligamentos. Por ejemplo, los corredores a menudo se quejan del dolor en las rodillas, los deportistas de musculación suelen sufrir de tendinitis y los jugadores de tenis pueden padecer el famoso “codo de tenista” o un pinzamiento subacromial.

Tomarte un descanso de vez en cuando reduce el riesgo de lesiones graves y te permite recuperarte por completo. Vamos, que tu cuerpo también se merece unas vacaciones.

Frau macht Power Yoga
©Mikolette

3. Basta de preocupaciones innecesarias

Por muy bueno que sea el ejercicio para nosotros, a veces puede convertirse en una fuente de estrés. Por ejemplo, si quieres salir a correr muy temprano antes del trabajo, comer a toda prisa para hacer ejercicio durante la pausa de la comida o directamente cancelar una quedada con amigos para no perderte un entrenamiento, la situación te puede quemar y desmotivar. No te pongas más tareas de las que tienes si ves que te sobrepasan.

Gestionar el tiempo teniendo en cuenta compromisos personales, profesionales y deportivos puede ser muy estresante y llevarte al agotamiento. Por eso, tomarte un descanso deportivo durante las vacaciones o en cualquier otro momento te da la oportunidad de despejarte y repensar tus prioridades, cuestionar tu rutina y comenzar de nuevo con otra mentalidad.

  1. Tiempo para otras actividades

El deporte a veces se come el tiempo libre. Obviamente, mantener una rutina deportiva sienta de maravilla, pero también te conviene plantearte qué más te gusta hacer. Muchos deportistas lesionados se ven de repente en casa y se dan cuenta de que no saben en qué emplear todo ese tiempo que les sobra.

Tómate un descanso deportivo para conocerte mejor. Puedes probar, por ejemplo, a realizar actividades creativas, aprender a meditar, escribir un diario, dormir más tiempo o cocinar algo nuevo. Quién sabe, quizás descubras otra actividad física que disfrutes igual o más o que complemente tu rutina de entrenamiento habitual durante tu descanso.

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©foodspring

5. Una nueva motivación

Aunque sea difícil arrancar y que se asiente la rutina deportiva, llega un momento en que el deporte se convierte en parte de nuestro día a día. Ahora que has superado la pereza, tu esterilla parece que se desenrolla por sí sola cada mañana cuando te levantas. El entrenamiento se vuelve una tarea automática. A largo plazo, eso sí, esto puede llevarnos a perder la emoción por hacer ejercicio. Por muy útil que sea la autodisciplina, es posible que llegue un punto en que no sepas por qué estás haciendo deporte.

Dejar de hacer deporte durante un breve periodo puede ayudarte a darte cuenta de que prefieres probar otra actividad o, en el mejor de los casos, a recuperar la motivación y corroborar que te encanta correr, hacer musculación o practicar yoga. Entonces, cogerás las zapatillas de running, las pesas o la esterilla con aún más ganas que antes. Al final, el descanso deportivo te sirve para motivarte a largo plazo.

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